El poder transformador de una almeja: cómo encontrar sanación en lo cotidiano
El poder transformador de una almeja
Cómo encontrar sanación emocional en los pequeños detalles
¿Alguna vez te has preguntado cómo se forma una almeja?
Yo tampoco. Hasta que la vida me llevó a descubrirlo de la forma más inesperada.
Mi papá acababa de partir de este plano. Recién habían pasado unas horas. Y yo, con el corazón hecho pedazos, estaba en una playa que casualmente llevaba el mismo nombre de la playa preferida de él . La traducción entre el español y el inglés era casi idéntica, solo cambiaba una letra.
Estaba a muchas millas de casa. El dolor no cabía en mi cuerpo. Caminé por horas sin rumbo, hasta que por fin me senté, exhausta. Al hacerlo, mi mano se apoyó sobre una almejita, aparentemente insignificante.
Pensé: “Solo es una almeja más”.
La aparté. Pero al mirarla de nuevo, algo me detuvo.
Tenía dos huequitos.
Uno era un corazón perfectamente tallado.
El otro, una pequeña forma que parecía una lágrima.
En ese momento, recordé una frase que mi papá me dijo alguna vez:
“Hija, desde que nacieron ustedes cuatro ( refiriéndose a mis hermanos y a mí), mi corazón ya no fue mío. Se partió en cuatro pedacitos: uno para cada uno. Y donde yo esté, mi corazón estará con ustedes. Y una lágrima también… porque los voy a extrañar siempre.”
La almeja dejó de ser una más.
Se volvió símbolo.
Tenía poder.
El poder del amor.
Ese que está en todo, si abrimos los ojos.
Ese que nunca muere, mientras sigamos recordando.
Mi papá decía que el amor vive mientras cocinamos recetas de la comida de quienes amamos, mientras bailamos la música que solíamos bailar juntos, mientras regresamos al mar buscando respuestas… mientras volvemos a reírnos de los chistes malos .
Vive cuando escuchamos un “Dios te bendiga, hija”, aunque sea en el eco de la memoria.
Cuando sentimos que volvemos a bailar sobre sus pies.
Cuando en nuestro cumpleaños aún podemos imaginar su voz cantando junto a mamá, y es que como aprendí con mi almeja: El amor no muere, solo se transforma….
Este blog es un refugio
Un espacio para volver a ti misma, a través de lo aparentemente insignificante.
Tal vez encuentres sanación en un mar para sumergirte.
O en un bosque para caminar.
En una receta para cocinar.
En un botón que coser.
En una llamada que hacer.
En una canción para bailar.
En una pared por pintar.
O en una almeja que, al mirarla por segunda vez, se transforma en mensaje.
Porque en definitiva, la vida no es más que eso:
Hacer de lo habitual, algo espiritual.
Como la almeja que transforma el dolor en perla
Así también podemos sanar desde adentro.
Darle forma, abrigo, sentido al duelo.
Hasta que esté listo para brillar.
Ese es el verdadero poder de una almeja.
Y ojalá tú también encuentres la tuya.
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Cada recurso fue creado con mucho amor y autenticidad, pensando en personas como tú que buscan sentido y luz en lo cotidiano.
¡Gracias por estar aquí y permitirte transformar el duelo en perla!